


Ubicado a 45 kilómetros de la ciudad de Las Lomitas, al el oeste de la provincia de Formosa, en medio de la seca vegetación del monte formoseño occidental se encuentra un oasis verde conocido como el Bañado de la Estrella. Aunque es prácticamente desconocido a nivel turístico, sus 400.000 hectáreas de superficie lo convierten en el tercer humedal más importante del continente luego de los Esteros del Iberá y el Pantanal de Brasil.
El bañado se originó por los desbordes del Río Pilcomayo que comenzaron en 1940 y se intensificaron a partir del 1966. Así, en el lapso de 60 años el bosque semiárido se transformó en un medio ambiente húmedo, propio de las zonas subtropicales, lo que permitió que la flora y la fauna proliferaran de una manera singular.
En un primer momento el desborde del río causó la muerte del antiguo monte compuesto por quebrachos colorados y blancos, palo santos y algarrobos. Pero dada la dureza de estas maderas, los trocos permanecieron en pie y con el tiempo fueron cubrieron por densas enredaderas que los lugareños llaman chámpales. La visión de estas extrañas figuras parece salida de la fantasía del más prodigioso escritor de cuentos de hadas.
Sí bien la dinámica del bañado lo lleva a crecer todos los veranos en enero para luego retraerse a finales de julio, hay grandes zonas que permanecen inundadas durante todo el año. Este gigantesco espejo de agua es tan cristalino que deja entrever, entre los camalotes de plantas acuáticas que flotan a la deriva, cardúmenes de sábalos y pirañas que nadan tranquilos en el fondo.La vida animal encuentra aquí un verdadero santuario para una gran diversidad de especies. No resulta raro sorprender a los yacarés y a las curiyús, una especie de boa que puede alcanzar los cuatro metros de largo, tendidos en las arcillosas costas tomando sol.
También es posible toparse con lobitos de río, vizcachas, carpinchos, y con algo de suerte, con algún oso hormiguero.Pero son los pájaros quienes verdaderamente reinan en el bañado. Se estima que en Formosa hay unas 362 especies de aves, de las cuales más de la mitad han podido ser divisadas en el área del humedal. Los graznidos de las garzas, cigüeñas, patos sirirí, mbiguá y jabirús, son los únicos sonidos que rompen el omnipresente silencio.
Hay dos momentos mágicos en el Bañado de la Estrella, el amanecer y el atardecer. Entonces, al son del croar de millones de ranas, el cielo se enciende poco a poco de colorados y naranjas, que con furia recortan en contraluz las caprichosas siluetas de los champáles.
El acceso al bañado es a través de la RP 28 que atraviesa longitudinalmente el bañado de norte a sur. A la hora de recorrerlo, existen varias alternativas dependiendo de la época del año. Cuando el bañado se retira en el invierno, es posible recorrer algunas de sus áreas a pie o a caballo. Pero la mejor forma de conocerlo es navegando, ya que desde el agua hay más probabilidades de observar animales.
Existe también la posibilidad de realizar sobrevuelos en avionetas que salen desde el aeroclub de Formosa. Sí bien es un tanto más costoso, poder contemplar el bañado desde el aire en toda su magnitud y colorido es una experiencia más que aconsejable.
1 comentario:
Buenas fotos, buena data... buen blog!
Que siga creciendo, Astigueta!
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